Nikola Jokic.
EL NUEVO DIARIO, DENVER.- Está siendo uno de los temas de la temporada y la pregunta más repetida a Adam Silver en sus encuentros con la prensa durante el fin de semana del All-Star. La regla de los 65 partidos mínimos para optar a los premios de temporada sigue dejando adeptos y detractores. El último en adherirse a estos últimos es Nikola Jokic. Quien, por otra parte, parece ser el gran beneficiado de que Joel Embiid no vaya a poder optar el MVP camino de su tercer galardón a mejor jugador de la temporada. «No me gusta cómo obliga a jugar incluso estando lesionados si quieren conseguir algo», admite el serbio.
La norma fue recibida sin mayor contratiempo cuando fue anunciada de cara a la nueva campaña como parte del nuevo convenio. Han sido las situaciones del mencionado Embiid y Tyrese Haliburton las que han elevado el debate a la agenda mediática. Por un lado, la firme postura de la liga representada en Silver y Joe Dumars. Por otro, el crecimiento de la participación de las denominadas estrellas (All-Star y/o All-NBA en los últimos tres años) a pesar de que la muestra sea pequeña aún. Y, por último, la postura que parecen esgrimir los jugadores en contra de la regla.
Hay pocos que hayan salido a defender la norma y, aparentemente, todas las estrellas tienen, como mínimo, sus reservas. «Definitivamente pone a la gente en riesgo», dice Booker. «65 partidos quizás sean demasiados, pondría el baremo en 58», pronunciaba Jaylen Brown. Por supuesto, los hay con más dudas. Como Kawhi Leonard, Lauri Markkanen y Shai Gilgeous-Alexander, que entienden las intenciones de la liga aunque no las compartan.
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