Mié. Dic 25th, 2024

Los charamicos son recursos de la naturaleza convertidos en artesanías navideña que aportan alegría y color. (Fotos: Adalgisa Corcino).

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.-  Los charamicos son un conjunto de ramas y palos secos que sirven para hacer fuego, según la cultura dominicana y el diccionario de americanismo que, con el transcurrir de más de cinco décadas, se han convertido en ingeniosos adornos y figuras emblemáticas que promueven las tradiciones navideñas, los colores y la magia de los valores autóctonos de la Navidad como la alegría, la unión y la festividades decembrinas.

Es decir, que la naturaleza se ha ocupado de manera insospechada de ser la proveedora constante de estos originales insumos como, (arraiján, bejuco, palitos) y se han colocado en el gusto y la demanda del mercado que consume la decoración típica desde el campo migrada hacia la ciudad, con base en la artesanía navideña que reúne a la familia y a los amigos en tiempos de belones, ponches y lechón.

La Estrella de Belén y el angelito,  símbolos del nacimiento de Jesús. (Fotos: Adalgisa Corcino).

El Nuevo Diario (END) quiso conectar con algunos de los comerciantes y de los charamiqueros o artesanos en la avenida Winston Churchill, que por años se han dedicado a fraguar el ambiente de la Natividad con cada una de sus propuestas, recrear escenas simbólicas al nacimiento del Mesías, los conos, las estrellas hacia Belén, el pesebre, el pino que simboliza el árbol de Navidad, un concepto más moderno y el acostumbrado arbolito ramificado en color blanco.

Una representación de la pureza de los sentimientos y de la humanidad, se representa en la línea blanca que evoca la nieve y el fundamento para combinar con todos los matices y contrastes, donde el verde, azul y rojo con tonos en dorado y plateado y chispas escarchadas, son la plataforma ideal para decorar los espacios públicos como parques y plazas, sobre todo, para encender la hoguera o el calor navideño en los hogares.

Los palos secos y las ramas de árboles son el insumo para la artesanía rústica. (Fotos: Adalgisa Corcino).

Reynaldo De Jesús “que se mantenga la tradición”

Los expertos en charamicos tienen la concesión de un permiso emitido por el Ayuntamiento del Distrito Nacional que les permite establecer sus comercios desde inicios de octubre hasta el día 6 de enero, Día de los Santos Reyes. Mientras tanto, los artesanos de los insumos de la naturaleza se mantienen trabajando durante todo el año.

Así lo estableció con una amplia sonrisa, Reynaldo De Jesús, con 42 años en la artesanía de los charamicos, quien recordó ser el precursor en la Churchill, de crear con los palos silvestres y las ramas del campo como arraiján, el olivo, los palos secos, el bejuco de jaquimei, el bejuco indio, entre otros que sirven como madera natural para ser tratada y de relleno para las figuras.

Reynaldo De Jesús, es pionero en la artesanía de charamicos establecido por 40 años  en la avenida Winston Churchill. (Fotos: Adalgisa Corcino).

De Jesús, reconoció que su arte y dedicación es una herencia de su padre, el cual se inició en la avenida Abraham Lincoln, donde vendió un solo año (1982), “ese mismo año me motivé y corrí hacia la Churchill”.

Confesó que, inicialmente, tuvo una sociedad y no funcionó por la cual decidió independizarse y emprender su nuevo camino como charamiquero, “no vendía nadie aquí, el primero fui yo en la Churchill”.

Entre los charamicos que más se venden detalló que resaltan el pino navideño, al igual que, las bolas, las canastas y las estrellas, el nacimiento del niño Jesús, el burrito y los angelitos.

Los charamicos de la línea blanca son demandados por representar la pureza y dar contraste a los demás colores. (Fotos: Adalgisa Corcino).

El artesano ha ganado credibilidad y reputación en estos 40 años y la muestra es la contratación de sus artesanías en venta o alquiler por instituciones y empresas privadas, “cuando ya uno es viejo en una cosa, uno vende más”.

Fue preguntado por El Nuevo Diario sobre cuáles son las innovaciones o atractivos que le hacen diferente a la competencia, “yo vendo más barato, y antes yo me metía al monte, ya no. Todos los materiales son comprados a otros, de este negocio comen varias gentes”. En su taller le acompañan cerca de siete colaboradores.

Se motivó en enviar un cálido mensaje navideño a los dominicanos a través del arte de los charamicos, “deben de mantener siempre esa tradición, que nunca se debe perder. Por ejemplo, yo pienso en retirarme y dejar a los dos hijos míos y que sigan estos, que no deben dejarlo perder. Como hice con mi papá, él se retiró por antigüedad».

Los burros son los más demandados en el puesto de venta asegura Juan Rivera. (Fotos: Adalgisa Corcino).

Juan Antonio Rivera, “los burros son los más vendidos”

Juan, es un vendedor de charamicos, no tiene competencias en la mano de obra, solo en potenciar el comercio en Navidad que, mueve a la familia dominicana a buscar los adornos naturales para sus espacios alegóricos a la época más especial y alegre del año.

Entre las figuras más demandas Rivera explicó que los padres acompañados de los niños compran las estrellas, el pino, las bolas, los angelitos y, “los burros, que son los más vendidos”. Dijo que los precios van desde RD$500.

Sobre el calendario que agotan previo y durante la Navidad aclaró que: “Empezamos desde final de noviembre hasta diciembre, son los días más calientes. Después de Nochebuena baja un poco, porque todo el mundo está familia”.

Los pinos son una novedosa versión del árbol tradicional de Navidad con técnica escarchado. (Fotos:: Adalgisa Corcino).

“Nuestros charamicos adornan plazas y parques, nos buscan de instituciones y para actividades”. En sus talleres elaboran y diseñan piezas personalizadas a petición de sus clientes. Recrean historias de todos los episodios de la Navidad y creaciones especiales.

Un común denominador

Los artesanos y vendedores de charamicos aseguran que esta artesanía es un estilo propio de vida.   Sus familias y sus sueños, sus metas, son logradas a partir de este arte rústico porque, son emprendimientos constituidos por abolengo y mantenidos por generaciones que, han traspasado con este arte rudimentario, y convertirlo en el sostén económico y social de sus propietarios.

Las tradicionales bolas navideñas que adornan los hogares dominicanos. (Fotos: Adalgisa Corcino).

Las ventas lentas

Pero, como toda historia no siempre tiene final feliz, Don Antonin, nombre ficticio para guardar la identidad del entrevistado, un tercer vendedor de charamicos, confesó que, a estas alturas, las ventas están lentas y que cada año, la economía se languidece.

Dijo que, “soy un padre de familia y sé que, si a esta fecha no suben las compras, ya no hay tiempo.

¡¡¡La Navidad dominicana se viste con  los colores y arte personalizada de los charamicos!!!

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