EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Emanuel Herrera Batista, conocido en el mundo urbano como El Alfa El Jefe y considerado el pionero del dembow dominicano, arribó este lunes a la edad de Cristo, sus 33 años de vida, en los que ha trazado una carrera musical tan explosiva como sus ritmos contagiosos.
Desde las calles de Bajos de Haina en San Cristóbal, hasta los escenarios internacionales, este artista ha dejado una marca imborrable en la escena urbana.
»Todo lo que pongo en las manos de Dios gracias a él se logra!! Más de mil razones para reír, soy feliz por dentro y por fuera, en mi corazón no hay espacio para tristeza ni maldad, haz el bien sin mirar a quien, lo demás vendrá por añadidura… hoy cumplo 33 años llenos de madurez, felicidad, amor y disciplina», escribió El Jefe en su cuenta de Instagram donde comparte fotos de su niñez y juventud.
Conocido por sus letras picantes y ritmos que hacen temblar hasta el más rígido de los esqueletos, El Alfa ha llevado el dembow a nuevas alturas. Su carrera despegó como un cohete con el lanzamiento de «Coche Bomba», un himno que resonó en todos los rincones del país y más allá. Desde entonces, ha mantenido una trayectoria ascendente, marcando su territorio con colaboraciones de alto perfil y una presencia carismática que hace que el público se rinda ante su estilo único.
Lo que distingue a El Alfa no es sólo su habilidad para crear éxitos, sino también su versatilidad.
Ha fusionado el dembow con una variedad de grandes artistas demostrando que la innovación es clave en la longevidad artística. Su capacidad para adaptarse a las tendencias contemporáneas sin perder su esencia lo han convertido en un referente indiscutible de la evolución de la música urbana.
Pero más allá de los reflectores y las colaboraciones con estrellas internacionales, El Alfa se mantiene conectado con sus raíces. Es un embajador orgulloso de la cultura dominicana y sus letras son un reflejo de la vida en las calles de su tierra natal. A través de su música, ha llevado el dembow dominicano a audiencias globales, haciendo que el mundo baile al ritmo inconfundible de su estilo.
