José Barrero, de las Estrellas.
POR JOSUÉ BATISTA / ESPECIAL PARA EL NUEVO DIARIO
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- José Barrero se presenta al terreno saludando con una sonrisa a todos; sin excepción. Lo acompaña con un «Dios te bendiga», mostrando una distinción única en ese sentido. Su perspicacia ha provocado que tenga el apoyo de los dominicanos, principalmente de los petromacorisanos.
En San Pedro de Macorís, su talento ha fluido como agua dentro de un caudal. La habilidad para batear y defender es mostrada con cierta frecuencia dentro de los terrenos de juegos de República Dominicana y la asociación con los fanáticos estrellitas es una que lleva en su corazón, en su juego y sus palabras cuando se expresa sobre la novena que encuentra el verde como su color de identificación.
«Estamos súper agradecidos con la fanaticada de San Pedro. Siempre les exhorto a que nos brinden esa vibra, esa energía positiva, ese amor y esa dedicación que nos dan cada noche», expresó el cubano Barrero.
«Para mí significa mucho, es un lugar donde crecen grandes estrellas y me enorgullece verlos a todos aquí», añadió el infield.
Su padre es su ídolo
«El primer apoyo que tuve fue Jesucristo que me dio el talento y la habilidad para jugar pelota. También como factor principal estuvo mi papá, que jugó profesional en Cuba y gracias a él estoy aquí», dijo el campocorto. Al momento de hablar sobre su padre, Luis García Prades, los ojos le brillaron y una sonrisa se dibujó en su rostro.
«Él es mi ídolo en realidad», fue otra de las frases expresadas por Barrero. Su padre lo apoyó en el proceso de firmar, mismo que el jugador catalogó de «complicado» debido a los pormenores que deben atravesar los cubanos para llegar al plano profesional internacional.
José Israel García Barrero es hijo del «fino», Luis García Prades, un beisbolista retirado que jugó en los 80′ y 90′ con los Industriales de La Habana en la Serie Nacional de Cuba (béisbol cubano).
Los ajustes son necesarios
El juego siempre los pide, principalmente el béisbol y José Barrero lo sabe. La temporada pasada su posición al batear era sumamente abierta y al momento de «cargar» su pie delantero no se despegaba del suelo y hacía un «toe tap», seguramente para encontrar un poco más de balance.
En el tema del tren superior, bateaba más «agachado» y el bate lo colocaba casi «acostado» sobre su hombro.
En el torneo presente su posición es más erguida, con los pies más cerrados. Sus manos están en el mismo lugar, pero el bate en otra posición, algo más recto. El «toe tap» sigue presente también.
«Cada año uno siempre trata de mejorar, y sentí que este año me iba a dar resultado cerrar los pies y otros ajustes más que estoy haciendo y gracias a Dios los resultados se están dando», finalizó el jugador de las Estrellas Orientales.
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