Inundaciones en Chad. Fuente externa.-
EL NUEVO DIARIO, YAMENA.- El número de muertos por las devastadoras inundaciones y lluvias torrenciales que golpearon Chad desde finales de julio subió a 503, y más de 1,7 millones de personas vieron afectadas, confirmaron a EFE este domingo las autoridades.
«A día de hoy, contamos 503 muertos. Al menos 212,111 casas y 357,832 hectáreas de campos de cultivo se han visto destruidas por el agua, sin olvidar que un total de 69,659 cabezas de ganado han sido arroyadas», dijo a EFE Mahamat Assileck Halata, vicepresidente del Comité Nacional de Prevención y Gestión de Inundaciones.
Las zonas donde más muertos se han registrado son las provincias de Logone Oriental y Mayo-Kebbi Oeste, en el sur de país, y las de Ouaddaï y Wadi Fira, en el este, si bien la provincia del Lago concentra el mayor número de personas golpeadas por el desastre.
«Ante esta alarmante situación, el Gobierno chadiano se esfuerza por implementar medidas de emergencia para responder a las necesidades esenciales de los afectados», aseguró a EFE, por su lado, Fatimé Boukar Kossei, ministra de Acción Social.
Así, detalló Kossei, se han mobilizado equipos de socorro para proporcionar ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, agua potable, medicinas y refugio temporal.
«Sin embargo, la tarea es colosal y los desafíos logísticos múltiples», admitió la ministra.
En declaraciones a EFE el pasado martes, un vecino de la localidad de Sarh, en la provincia de Moyen-Chari (sur), llamado Jonas Masra, advirtió de que «esta situación no augura nada bueno para el día de mañana: si la gente no cosecha lo que ha sembrado, habrá hambruna en los próximos meses».
Además de a Chad, las fuertes lluvias golpean desde hace meses a varios países de África occidental y central, incluyendo Nigeria, la República Democrática del Congo (RDC), la República Centroafricana (RCA), Togo, Costa de Marfil, Liberia, Níger y Mali.
Esta situación agrava las circunstancias de una población ya vulnerable por la pobreza crónica, el subdesarrollo, los conflictos y la inestabilidad política.
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