Dom. Nov 17th, 2024

Elly De La Cruz en un intento de robo de bases.

EL NUEVO DIARIO, CINCINNATI.- Tan recientemente como el 2022, la idea de que un jugador podía acercarse a la olvidada marca de 100 estafadas parecía algo tan fantasioso como un humano llegando al planeta Júpiter.

Pero por otra parte, el dominicano Elly de la Cruz — un talento del otro mundo — no subió a las Mayores sino hasta el 2023.

Tras ya jugarse más de un cuarto de esta campaña, el eléctrico torpedero de los Rojos lleva un paso a convertirse en el quinto jugador en la Era Moderna (desde 1900), y el primero desde Vince Coleman de los Cardenales en 1987, en robarse 100 bases o más. Sus 30 estafadas le dan al quisqueyano una ventaja de casi 20 sobre el resto de los jugadores en MLB y lo coloca por encima de casi más de la mitad de los equipos en las Grandes Ligas. Y aunque De la Cruz es un talento único, no es el simple motivo por este gran cambio (más adelante seguiremos hablando de esto), es posible que pueda ser el indicado en llegar a dichas alturas.

Todavía queda mucho camino en la temporada, con varios obstáculos esperando al infielder en su camino hacia la historia. Pero observando a De la Cruz adueñarse de un partido — como lo hizo con una jornada de cuatro imparables y cuatro estafadas el jueves pasado en el Dodger Stadium — y la posibilidad de convertirse en la próxima y tan esperada figura de MLB en llegar a las 100 bases robadas parece algo realista.

Preparando la mesa

Antes de que expliquemos por qué sería posible, repasemos cómo llegamos a este punto. Las cosas tocaron fondo en el 2022, cuando Jon Berti de los Marlins fue el único en MLB en robarse más de 35 bases, terminando con 41. Esa fue la menor cantidad de un líder en las Mayores desde que el venezolano Luis Aparicio y Maury Wills se estafaron cada uno 40 almohadillas en 1963. Los cálculos en el béisbol simplemente no favorecían tomar riesgos por los senderos.

Luego llegaron dos acontecimientos. El primero, MLB implementó una variedad de cambios de reglas de cara a la campaña del 2023, incluyendo algunas que les facilitaron a los corredores robarse bases. Lo más importante fue que incluyó el cronómetro de pitcheo y las restricciones a los virajes.

Segundo, la ola de joven y ultra atlético talento que comenzó a aprovechar la oportunidad. No sólo aumentaron bastante en general las estafadas, sino que los seis con al menos 40 bases robadas en la Gran Carpa fueron la mayor cantidad desde el 2013, y ninguno de ellos fue mayor de 26 años. Con el venezolano Ronald Acuña Jr. (73) de los Bravos, el dominicano Esteury Ruiz (67) de los Atléticos y Corbin Carroll (54) de los D-backs encabezando a todos, MLB vio sus primeros con 50 o 60 bases robadas desde el 2017 y su primero con 70 estafadas desde el 2009.

Sin embargo, otras hazañas todavía estuvieron fuera del alcance. Nadie se ha robado 80 bases desde 1988, cuando Coleman (81) y Rickey Henderson de los Yankees (93) lo lograron. Un año antes, Coleman se estafó 109 almohadillas con San Luis, convirtiéndose en el octavo en llegar al menos a 100 robadas en la Era Moderna (desde 1900) — y hasta ahora el último.

El club de 100 BR en MLB
Era Moderna (1900 al presente)

  • Vince Coleman: 3 temporadas (1985 a 1987 S.L.)
  • Rickey Henderson: 3 temporadas (1980, 1982 a 1983* OAK)
  • Lou Brock: 1 temporada (1974 S.L.)
  • Maury Wills: 1 temporada (1962 LAD)^

*Fijó el récord de 130 en 1982
^En 165 partidos; las últimas cuatro de sus 104 BR llegaron durante una serie de desempate de cuatro encuentros que cuenta como acción de temporada regular

Para sorpresa de pocos, ese cuarteto cuenta con cuatro los más prolíficos de todos en el robo de bases de los tiempos, con Henderson (primero), Brock (segundo), Coleman (quinto) y Wills (15to) en la lista histórica en la Era Moderna de la L.A./L.N.

Está por verse si el dinámico De la Cruz podrá juntar esa clase de carrera. Pero lo que sí es seguro, ahora mismo, es que es el principal candidato para integrarse a dicha lista, con 30 estafadas en los primeros 47 compromisos de los Rojos tras la jornada del domingo — sería un paso hacia 103 bases robadas en 161 juegos. Cuando De la Cruz alcanzó las 30 estafadas el jueves, fue apenas la octava vez desde 1901 que un jugador lo logró entre los primeros 44 encuentros de un equipo, y tres de las anteriores siete resultaron en totales de al menos 100.

“No pienso en eso”, declaró De la Cruz el jueves sobre dicho reto. “Sólo salgo a divertirme, jugar fuerte todos los días. No pienso en los números”.

Aunque él no lo haga, nosotros sí podemos. Y parte de eso es reconocer que será una batalla cuesta arriba. Aunque De la Cruz ha participado en cada partido de Cincinnati hasta ahora y no jugó como titular en uno, cualquier tiempo extenso que se pierda podría descarrilar esa marcha. Incluso si juega con una ligera dolencia podría resultar en una mentalidad más reservada, mientras el calor del verano y el maratónico calendario presentan la posibilidad de que hasta unas ágiles piernas de un muchacho de 22 años se frenen un poco en septiembre.

Un bache en el plato podría ser otra amenaza, limitando las oportunidades de De la Cruz, aunque hasta un mal trecho últimamente — pese a que estalló el jueves — no lo han detenido (algunos dicen que la velocidad no entra en baches, aunque De la Cruz se fue de 13-0 con ocho ponches sin estafadas en el final de esa serie en Los Ángeles).

De la Cruz en sus primeros 24 partidos: Porcentaje de embasarse de .412, OPS de 1.063, 15 BR (paso hacia 101 BR)
De la Cruz en sus últimos 23 partidos: Porcentaje de embasarse de .292, OPS de .598, 15 BR (paso hacia 105 BR)

Pero dejemos de hablar sobre los motivos por los que el quisqueyano no llegará a las 100 estafadas. Es mucho más divertido pensar en por qué lo logrará, y aquí cinco motivos.

1) Tiene una impresionante velocidad

Pues claro. Aunque una asombrosa velocidad no es un absoluto requisito para robarse bases — Acuña ocupó el 67mo percentil en velocidad sprint la temporada pasada — nunca es malo tenerla. Y casi nadie es más veloz que De la Cruz, quien llegó a la acción del domingo ocupando el quinto lugar en las Mayores tanto en promedio de velocidad sprint con 29.9 pies/segundo, como chispazos (que es cuando un jugador llega a una velocidad sprint de al menos 30 pies/segundo) con 21, que son jugadas de corrido de bases que demuestran una velocidad sprint élite.

Esa gran velocidad es evidente para cualquiera que está observando a De la Cruz cubrir mucho terreno por los senderos. Entre los asombrados está su compañero, el lanzador Nick Lodolo, quien por gran parte del 2023 vio a su joven compañero por televisión durante su tiempo en la lista de lesionados.

“Creo que en realidad es increíble ver en persona lo rápido que es”, declaró Lodolo después de que De la Cruz se robara tres bases y pegara un jonrón de tres carreras para respaldar el triunfo del zurdo el 19 de abril.

2) Es eficiente

Nadie se robará 100 bases con una tasa de éxito perfecta, pero de todas maneras, es impresionante fijarse que cuando Henderson fijó su récord de 130 estafadas en 1982, fue sorprendido 42 veces en un intento.

En el panorama actual de las Mayores — donde casi cada jugador en el lineup es una amenaza para volarse la cerca — hay menos necesidad de fabricar carreras y menos apetito para tomar riesgos como fue en el apogeo de estafadas en la década de los 80. El resultar en un out sobre los senderos no sólo afecta el total de un corredor directamente, sino que también podría resultar en que no le permitan correr en el futuro.

Entonces las posibilidades que tiene De la Cruz lucen optimistas porque lleva una tasa de éxito del 85.7% este año (de 35-30) y de 83.3% en su carrera, incluso como jugador joven, todavía está aprendiendo su destreza en dicho aspecto. Ambos números están claramente sobre el 75% que es considerado el punto medio que fija el valor de los intentos de robo de un jugador.

3) Aprovecha a lo máximo sus oportunidades

“Siempre pienso en robarme la siguiente base”, explicó De la Cruz a comienzos de la temporada. “Siempre agresivo”.

Los números respaldan su declaración.

Baseball-Reference registra una estadística llamada oportunidades de base robada, que significa turnos en los que el corredor estaba en la primera o segunda base sin un corredor en la siguiente base. Este es un aspecto en el que el infielder puede mejorar, llegó a la acción del domingo empatado en el 198vo lugar en las Mayores con apenas 43 oportunidades, casi un tercio del total de Mookie Betts (128), quien es el líder en la Gran Carpa (De la Cruz se ha favorecido de menos de una oportunidad de robo por cada cuatro turnos, una de las peores tasas en las Grandes Ligas, pese a que se ha embasado mucho más sobre el promedio). Sin embargo, lo que ha hecho con esas oportunidades es asombroso.

La mayor tasa de intentos de robo a oportunidades, 2024
Mínimo 20 oportunidades (tras la jornada del sábado)

  1. Elly de la Cruz (CIN): 0.81
  2. José Caballero (T.B.): 0.58
  3. Dairon Blanco (K.C.): 0.52
  4. Lane Thomas (WSH): 0.50
  5. Jo Adell (LAA): 0.35

Promedio en MLB en el 2024: 0.07

Así como lo ven: De la Cruz ha intentado robarse una base en ocho de cada 10 veces que ha visto una oportunidad — más de 11 veces que la tasa promedio en la liga. Aunque estas oportunidades dependen de una combinación compleja de factores y situaciones de juego, vale la pena imaginarse que el mejorar el porcentaje de embasarse de los Rojos — que ocupa el 28vo lugar — podría crear más para De la Cruz.

Curiosamente, al preguntársele recientemente al piloto de Cincinnati, David Bell, sobre cuánto había mejorado De la Cruz su corrido de bases, el capataz señaló la paciencia de su joven estrella. Pero también es evidente que una vez De la Cruz ve la mejor oportunidad, no duda en correr.

“Confía mucho en su velocidad, y tiene todo su derecho”, agregó Bell. “Siempre cree que puede llegar, que es algo que se debe tener. En lo que ha progresado es en su paciencia”.

4) Fija su mira en la segunda base … también en la tercera

Si un jugador está dispuesto en sólo correr cuando está en la primera base, limitará su cantidad de estafadas. Ese no es un problema para De la Cruz, quien busca robarse la segunda y tercera base con la misma determinación. Sus 12 estafadas de tercera base esta campaña, incluyendo otras dos el jueves pasado, lo colocan en una clase aparte. Ningún otro tiene más de seis.

Elly ya está a un tercio de las 34 terceras almohadillas que Henderson se robó en 1982, la mayor cantidad que se ha registrado en una campaña (desde 1974). Pero incluso en dicha temporada, eso fue apenas el 26.2% de las estafadas de Henderson, mientras que De la Cruz está al 40% en lo que va del año.

5) Hasta ahora va por buen camino

De la Cruz no sólo lleva un paso de exactamente hacia 100 bases robadas, sino que también está al frente de donde estaban cuatro de los anteriores ocho que llegaron a las 100 estafadas tras 47 partidos del equipo (El inigualable Henderson llevaba apenas 18 bases robadas a estas alturas en 1983 antes de terminar con 108, en parte debido a que se estafó 60 en un trecho de 53 partidos en julio y agosto).

Desde otro punto de vista, De la Cruz es el 12do jugador desde 1901 en llegar a las 30 estafadas en 47 compromisos de su club. Aparte de una abreviada temporada por huelga, seis de los otros 11 resultaron llegando a las 100 bases robadas o acercándose a dicha marca.

Mayor cantidad de BR en los primeros 47 partidos de su equipo (1901 al 2023)

  • Rickey Henderson, 1982 OAK: 45 BR (terminó con 130)
  • Tim Raines, 1981 MON: 40 BR (71*)
  • Rickey Henderson, 1986 NYY: 35 BR (87)
  • Vince Coleman, 1985 S.L.: 34 BR (110)
  • Rickey Henderson, 1988 NYY: 34 BR (93)
  • Maury Wills, 1965 LAD: 32 BR (94)
  • Vince Coleman, 1987 S.L.: 31 BR (109)
  • Lou Brock, 1974 S.L.: 30 BR (118)
  • Julio Cruz, 1983 SEA/CWS: 30 BR (57)
  • Kenny Lofton, 1996 CLE: 30 BR (75)
  • Omar Moreno, 1982 PIT: 30 BR (60)

En *1981 los Expos disputaron apenas 108 juegos debido a una huelga

Nada garantiza hasta dónde llegará De la Cruz en el 2024. Pero su mezcla de habilidades y audacia del otro mundo ya ha hecho que parezca algo realista pensar en una temporada de al menos 100 estafadas. Ahora podemos sentarnos a ver y disfrutar del espectáculo.

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