EL NUEVO DIARIO, LISBOA.-Miles de personas se manifestaron este sábado en casi dos decenas de ciudades de Portugal para reclamar su derecho a una casa digna y medidas para solucionar la crisis de vivienda del país, con precios de alquiler y compra cada vez más altos y un aumento de las prestaciones de la hipoteca.
Las marchas fueron organizadas por la plataforma Casa para Viver, integrada por más de un centenar de colectivos y que ya realizó otras dos protestas similares el año pasado.
La manifestación más multitudinaria de este sábado, la de Lisboa, concentró a algunos miles de personas que corearon lemas como «Queremos casa, queremos pan», «Casas para vivir y no para especular» y «No aguanto más viviendo en casa de mis padres».
Esta última situación es precisamente la de Alexandra, una joven de 23 años que tras tres viviendo con su novio mientras estudiaba en otra ciudad tuvo que volver a casa de sus padres en Sintra, a unos 30 kilómetros de Lisboa, porque no se puede permitir una propia.
«Querría poder emanciparme, comenzar una vida y no lo consigo exactamente por los problemas de alquiler», lamentó en declaraciones a EFE.
Recordó que una habitación en un piso compartido en la capital lusa puede rondar los 500 euros, mientras el salario mínimo está ahora en 820 euros: «Hoy en día es prácticamente imposible vivir aquí», aseguró.
Inês, otra portuguesa de 24 años, vive en un piso compartido en Lisboa, lo único que se puede permitir con su sueldo como técnica administrativa en una empresa.
«Tenemos edad para salir de casa de nuestros padres. Tenemos edad para emanciparnos y vemos nuestro futuro condicionado muchas veces por tener que compartir piso», señaló a EFE.
Pero el problema de la vivienda no sólo afecta a los jóvenes. «Los mayores tienen muchas veces problemas y los están desahuciando de los barrios donde vivían porque están ganando valor con cada vez más demanda de extranjeros con intereses inmobiliarios», aseguró a EFE Rui, de 69 años.
También estuvo en la manifestación Alberto, un joven de 37 años de Badajoz (España) que vive en Lisboa desde 2011 y forma parte de varios colectivos que están entre los organizadores de la marcha, como Habita y Stop desahucios.
Alberto defendió que la masificación del turismo y la apuesta por el inmobiliario son dos de los grandes causantes de la crisis de vivienda de Portugal: «Estamos perdiendo la ciudad si no hacemos algo muy rápido», lamentó en declaraciones a EFE el joven, que propone una huelga de alquileres.
Las medidas tomadas hasta ahora por el Gobierno socialista, que lanzó el año pasado el plan ‘Más vivienda’ para paliar el problema, no están surtiendo efecto, según el sentir general de los manifestantes: «No creo que lo resuelva. No sé si vas a encontrar a alguien aquí que te diga lo contrario», refirió Alberto.
Además de colectivos por el derecho a la vivienda, a la manifestación se sumaron partidos políticos, movimientos antirracistas y por la justicia climática, entre otros, así como la Plataforma por una Palestina Libre.
En el manifiesto de la convocatoria, los organizadores exigen bajar las prestaciones hipotecarias con los beneficios de la banca, regular los alquileres, acabar con los desahucios, revisar las licencias de los pisos turísticos y acabar con beneficios fiscales para el inmobiliario de lujo y los extranjeros.
En Portugal, el precio de la vivienda casi se duplicó entre 2015 y 2022, según un estudio coordinado por el exministro luso de Economía Carlos Tavares, y Lisboa ya está entre las ciudades europeas más caras, donde un simple estudio supera los 1.000 euros mensuales.
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