EL NUEVO DIARIO, WASHINGTON.- El locutor Alex Jones ofreció un plan de pago de 55 millones de dólares en un periodo de 10 años a los familiares de las víctimas del tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook, uno de los más mortíferos en la historia de EE.UU.
La propuesta, presentada ante un tribunal de Houston en donde el propagador de teorías de conspiración se declaró en bancarrota, detalla un plan para pagar 5,5 millones de dólares al año, una suma a dividir entre los demandantes y que también iría acompañada de un porcentaje de los ingresos anuales de Jones, según informaron medios locales.
La oferta de Jones, los 55 millones, es menor a un acuerdo al que había llegado con las familias el pasado mes de noviembre, en el que las víctimas de los menores de edad que murieron en el tiroteo pidieron 85 millones.
La deuda total que el locutor de InfoWars tiene con las familias es de 1.500 millones, tras un juicio por difamación.
Un jurado en Connecticut condenó a Jones y su pódcast InfoWars a pagar la multimillonaria multa por haber difamado públicamente a las familias de ocho víctimas del tiroteo en Sandy Hook, que tuvo lugar en diciembre de 2012.
Desde InfoWars, el locutor se pasó años difundiendo la teoría de que el tiroteo en esa escuela primaria de Newtown (Connecticut) fue una «farsa», por lo que varias familias de las víctimas lo demandaron.
Después de que empezaran a presentarse las querellas, el comentarista radiofónico cambió de discurso y pasó a reconocer que el tiroteo fue real.
Aun así, la teoría propagada por Jones llevó a varios de sus seguidores a amenazar y acosar a padres de las víctimas, a quienes acusaron de estar mintiendo sobre la muerte de sus hijos con fines políticos.
El pasado julio, Free Speech Systems -firma vinculada a InfoWars- también se declaró en bancarrota. En 2019, Facebook prohibió permanentemente de su plataforma y de Instagram a seis líderes de opinión vinculados a posturas de ultraderecha, entre ellos a Jones, al considerar que «fomentan la violencia».
El agresor de Sandy Hooks fue Adam Lanza, un joven de 20 años con problemas mentales que disparó a su madre mientras dormía y a continuación se presentó fuertemente armado en la escuela primaria a la que había ido de pequeño, donde mató a esos 20 niños y a seis adultos antes de quitarse la vida.