En este mensaje, en el que el papa Francisco enumera los conflictos del mundo, pidió que la paz “llegue en Israel y Palestina, donde la guerra sacude la vida de esas poblaciones” y agregó: “Abrazo a ambas, en particular a las comunidades cristianas de Gaza, la parroquia de Gaza, y de toda Tierra Santa”.
El papa aseguró que lleva “en el corazón el dolor por las víctimas del execrable ataque del pasado 7 de octubre” aunque no citó a los islamistas de Hamás, y renovó su llamamiento “para la liberación de quienes aún están retenidos como rehenes”.
“Suplico que cesen las operaciones militares”
Y continuó: “Suplico que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes, y que se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda”.
Por otra parte instó a “que no se siga alimentando la violencia y el odio, sino que se encuentre una solución a la cuestión palestina, por medio de un diálogo sincero y perseverante entre las partes, sostenido por una fuerte voluntad política y el apoyo de la comunidad internacional”.
Este domingo, la esposa del primer ministro israelí, Sara Netanyahu, envió una carta abierta al papa Francisco solicitando su “intervención personal” y “su influencia” para la liberación de 129 rehenes aún retenidos, pues consideró que la intervención del pontífice podría ser decisiva para salvar sus vidas.
Francisco recibió el pasado 22 de noviembre a un grupo de familiares de algunos rehenes en manos de Hamás y ha pedido una nueva tregua para que puedan ser liberados todos, así como también se reunió con personas cercanas a palestinos atrapados en Gaza.
Pide también el final de la guerra de Ucrania
Durante el mensaje, pidió también el final de la guerra en Ucrania, Siria, Yemen o que cesen las tensiones entre las dos Coreas y en Sudán, Sudan del Sur, Camerún o la República Democrática del Congo
E hizo un llamamiento para que se dejen de fabricar armas y criticó que se destinen enormes cantidades de fondos públicos a los armamentos.
“Pero para decir no a la guerra es necesario decir no a las armas. Porque si el hombre, cuyo corazón es inestable y está herido, encuentra instrumentos de muerte entre sus manos, antes o después lo