EL NUEVO DIARIO, MOSCÚ.-El presidente de la Duma o Cámara de Diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, advirtió este martes a Finlandia de que su decisión de cerrar prácticamente todos los pasos fronterizos supondrá un coste de 3.000 millones de euros para los finlandeses.
«Las autoridades finlandesas cerraron todos los puestos de control en la frontera con Rusia, salvo el más norteño. Esta decisión le costará a los finlandeses unos 3.000 millones de euros», escribió Volodin en su cuenta de Telegram.
Recalcó que, «al bajar la cortina de hierro (telón de acero) en el este, el Gobierno de Finlandia castiga ante todo a sus ciudadanos y priva a ese país de la posibilidad de desarrollarse».
Al mismo tiempo, pronosticó que en el oeste a Finlandia le espera una serie de problemas: desde un importante incremento del gasto militar por su ingreso en la OTAN hasta las consecuencias de las sanciones contra Rusia, que hasta hoy no pueden superar los Estados europeos.
El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, aseguró este lunes está preparado para cerrar totalmente la frontera oriental con Rusia «en un futuro próximo» si continúan llegando refugiados de Oriente Medio a través del país vecino.
Orpo definió como «ataque híbrido» de Moscú el notable aumento de los solicitantes de asilo que han cruzado la frontera fino-rusa en las últimas semanas.
Según las autoridades migratorias, solo en el mes de noviembre han llegado a Finlandia unos 900 refugiados de terceros países desde Rusia, treinta veces más de lo habitual, pese al cierre de siete de los ocho puestos fronterizos las dos últimas semanas.
El único que permanece abierto, el de Raja-Jooseppi, está ubicado en el extremo septentrional de la frontera, en una zona remota y deshabitada del norte de Laponia.
«Estamos dispuestos a cerrar el último cruce fronterizo si es necesario», advirtió Orpo, quien calificó la actitud de Rusia de «agresión contra la Unión Europea».