Si bien sabemos que Bávaro es reconocido internacionalmente por sus hoteles, playas y vida nocturna, pero ¿se ha pensado alguna vez en un turismo donde los visitantes vivan experiencias con especies marinas sin irrespetar, explotar ni dañar su hábitat, sino al contrario, desarrollando su ecosistema para un turismo más sostenible?
La playa Bibijagua corre con la dicha de agrupar personas interesadas en cuidar, proteger y fomentar la proliferación de estos ecosistemas.
Con la Fundación Ecológica Los Arrecifes de Bávaro como pionera, su presidente Fernando Sánchez, los biólogos Piero Bello y Laura Rosario, y el capitán de barco Silverio, a través del proyecto Ámalo, han unido fuerzas para la creación de hotspots de biodiversidad marina en esa área, convirtiéndola en atractivo para el ecoturismo en esta localidad.
Desde la restauración de corales y proliferación de especies marinas, estos amigos del medio ambiente trabajan en conjunto con ese mismo objetivo. Pero, ¿quiénes son ellos y por qué su amor por la naturaleza, el mar y la fauna y flora que en él habita?
Algo que Piero, Laura y Silverio tienen en común es que los tres han tenido la conexión con la naturaleza desde que tienen uso de razón.
Piero Bello:
Es estudiante de Biología desde el 2018 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y actualmente integró el Centro de Investigaciones de Biología Marina (CIBIMA).
Trabaja en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, específicamente en el Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos, por lo que ha brindado apoyo a fundaciones de restauración ecológica, tanto en Bávaro como en Boca Chica y Puerto Plata.
Tiene experiencia como buzo, ya que el inicio de su carrera fue a causa de su pasión desde niño por el mar y los deportes acuáticos.
Piero, en el transcurso de su formación, fue capacitado y entrenado para la identificación de peces marinos y corales.
En Bávaro, junto a la Fundación Ecológica Los Arrecifes de Bávaro, aporta sus conocimientos para apoyar la iniciativa y garantizar un futuro maravilloso para los océanos.
»Gozamos de una biodiversidad marina maravillosa y así como vemos en un lugar pequeño (Bibijagua) tantas diversidades de peces que los turistas están totalmente dispuestos a vivir esa experiencia, si logramos adquirir esos hotspots de diversidad marina, pues podríamos enfocar nuestro turismo en un turismo más sostenible, que es lo que se vende a nivel mundial en el Caribe. Y llevar a República Dominicana en ese rumbo sería lo más conveniente para todos», piensa.
Además, Piero se preocupa por la protección de las tortugas marinas que hacen presencia en esta zona, así como también la importancia de la barrera arrecifal que posee una considerable parte de las playas de Bávaro.
Laura Rosario:
Aunque Laura es más de montes, montañas y la vida senderista, siente pasión por el medio ambiente, los animales y la biología, lo que estudia en la UASD.
Como toda ambientalista, es vegana, y forma parte del departamento de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Ama la ciencia, pese a que la sonsaquen con que »la ciencia no tiene muy buena reputación y que los científicos se mueren de hambre».
Laura maneja la página del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), orientando a los usuarios en conocer cuáles y cuántas son las áreas protegidas y qué se puede y qué no hacer en ellas, así como también en las reservas científicas.
Es nacida en Moca, pero vive en Santo Domingo para estudiar y perseguir su pasión, »en contra de todo el mundo», sostiene.
Como ambientalista, Laura se encarga también de organizar jornadas de limpiezas, y además, conduce un programa de televisión donde habla de sostenibilidad, »cómo tú desde casa con pequeñas acciones puedes ser más sostenible y más ecoamigable», explicó.
Aunque es bióloga de montañas, quedó atónita y enamorada del mar tras la experiencia vivida con la Fundación Ecológica Los Arrecifes de Bávaro.
»Mi experiencia fue fascinante, enamorada. No quería salir. Yo no conocía lo que era el mar hasta que me sumergí. Tú vas muchísimo a la playa, pero tú no ves lo que hay debajo del mar», expresó.
El día que yo hice snorkeling por primera vez (en Bibijagua) dije ‘siento que lo conocí’ (el mar) cuando yo vi esos peces, los corales, como vi las anémonas, o sea, fue fascinante. Aparte que soy bióloga de montaña, la parte marina es bella», agregó.
Aunque continúa la biografía de Silverio, haremos un espacio excepcional para destacar también la colaboración de Juan Salado, comprometido con el proyecto Ámalo y la fundación.
»Creemos en el proyecto de poder invertir en la naturaleza para poder quizás retribuir un poco tanto de lo que nos ha dado y nos sigue dando. Entonces, si nosotros le damos un buen servicio a la naturaleza podríamos tener una mejor calidad de vida. Eso se traduce en poder enseñar, mostrar las bondades y el maravilloso país que tenemos actualmente», manifestó.
Juan formó parte de la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), y en su momento trabajó con los informes marinos y se preocupó por el desarrollo socioeconómico de las playas del área de la laguna arrecifal.
Actualmente forma parte del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) y, pese a que en esas funciones está divorciado del tema ambiental, está »interesado en que esta iniciativa se desarrolle y sea el ejemplo a seguir de otras zonas de RD, entonces estamos contribuyendo a que esto continúe», dijo.
»Es un proyecto que definitivamente promete bastante y debe ser el tema de imitación. Esta iniciativa debe replicarse en otros puntos de la República Dominicana», insistió Salado.
Además, resaltó que se está trabajando para definir algún voluntariado de la zona que pueda contribuir al desarrollo del planteamiento de coral y limpieza de costa, charlas y temas educativos, tanto para las asociaciones de pescadores como tour operadores, así como también otras personas interesadas en apoyar y desarrollar el proyecto Ámalo junto a la fundación.
La historia de Silverio:
Con exactamente 25 años en Bávaro-Punta Cana, la historia de Silverio fue dejada de última por su impacto, aunque no más ni menos importantes que los otros colaboradores.
Y es que Silverio pasó de convertirse de villano a héroe de peces y protector del medio ambiente, y además, como dependiente del turismo, ahora cuida las especies.
La vida le enseñó a Silverio la importancia de proteger el ecosistema marino desde el 2014 que pasó a formar parte de la Fundación Los Arrecifes de Bávaro.
Antes pescaba en todos los sitios que podía, incluso dentro del área de corales de la laguna arrecifal, ahora cuida de ellos, pues conoció la importancia de los mismos y vive la experiencia de esas reacciones de los turistas cuando hacen snorkeling y ven la maravillosa vida marina.
Sobre la Fundación Ecológica Los Arrecifes de Bávaro y el proyecto Ámalo
La Fundación Ecológica Los Arrecifes de Bávaro, con el proyecto Ámalo, busca establecer en las costas de Bávaro una reducción y prevención de esta degradación que están sufriendo los ecosistemas marinos de la zona turística, así como también cuidar y preservar las distintas especies marinas de la zona.
Los defensores del medio ambiente de esta fundación trabajan por conseguir la consideración de área protegida de este proyecto que busca desarrollar un ecosistema.
CRÉDITOS A : @BAVARODIGITAL